El desarrollo tecnológico de la GTL ha avanzado notablemente desde principios de la década de 1990, y su viabilidad económica ha mejorado considerablemente. En el futuro habrá que seguir avanzando para que las plantas de GTL se comercialicen y se extiendan ampliamente, y para ello será esencial prever claramente las posibilidades de comercialización y las necesidades industriales de la GTL, de modo que la industria pueda aprovechar al máximo las ventajas de la GTL.

La tecnología de conversión de gas en líquido (GTL) transforma el gas natural en productos líquidos de alta calidad que, de otro modo, se fabricarían a partir de petróleo crudo. Estos productos líquidos incluyen combustibles para el transporte (gasolina y gasóleo), aceites de motor e ingredientes para productos de primera necesidad como plásticos, detergentes y cosméticos. Los productos GTL son incoloros, inodoros y casi no contienen impurezas como azufre, aromáticos y nitrógeno.

La facilidad de uso del combustible GTL radica en que no es necesario adaptar un motor diésel, ya que el diésel procedente de la tecnología GTL puede utilizarse en motores diésel originales. Al convertir el metano en gasóleo, éste estará en su forma más pura, lo que provoca menos emisiones nocivas. Según Shell, el gasóleo marino GTL emite un 9% menos de óxidos de nitrógeno (NOx) y hasta un 58% menos de partículas (PM) que el gasóleo convencional.

El GTL ya se comercializa en estaciones de servicio de Europa y Estados Unidos, siendo un carburante sin emisiones de CO2 debido a la compensación de emisiones que realiza su productor