Los biocombustibles vuelven a estar en el punto de mira tanto del público como del Gobierno irlandés, sobre todo con el reciente anuncio de que el coste de añadir mezclas adicionales de biocombustibles a la gasolina y el gasóleo se "amortiguará" para el consumidor hasta, al menos, la segunda mitad de 2022.

Al mezclar los biocombustibles, combustibles procedentes de cultivos, con la gasolina y el gasóleo normales, se puede suavizar teóricamente su impacto en las emisiones de carbono: el carbono emitido por la combustión de los biocombustibles ha sido absorbido, también teóricamente, por las plantas durante su crecimiento. Pero, ¿los últimos compromisos del Gobierno para aumentar el uso de biocombustibles harán subir los precios en los surtidores?

Dentro de éstas mezclas se encuentra el Etanol E85, que incorpora un 85% de alcohol etílico, elaborado a partir de plantas, y un 15% de gasolina normal sin plomo. Los coches tuvieron que ser modificados especialmente en su momento, ya que el E85 es un combustible más corrosivo que la gasolina sin plomo, pero en términos generales es algo bastante simple, mecánicamente.

"Irlanda está aplicando un tope del 2% a los biocombustibles convencionales, en línea con la RED2. Esto es inexplicable cuando la media de la UE es del 5% y cuando hay mucha capacidad de biocombustibles convencionales altamente sostenibles sin explotar en Europa. Esto no afectará a la introducción del E10, pero dejará a Irlanda en grandes dificultades cuando reduzca el aceite de cocina usado procedente del sudeste asiático, ya que no podrá desplegar el biodiésel de semillas oleaginosas en una medida suficiente para cubrir el déficit". ¿Esto abre una oportunidad para que los agricultores irlandeses -que ya se sienten atacados por el Plan de Acción Climática- puedan diversificarse y empezar a producir ellos mismos combustibles ecológicos?