A pesar de la creciente popularidad de otros vehículos en la Republica Checa, el GLP sigue dominando entre los combustibles alternativos. La gama de modelos de fábrica ha crecido, pero la mayoría de los coches de autogás siguen construyéndose montando a posteriori motores de gasolina. En total, incluyendo las matriculaciones de nuevos vehículos, se sumaron casi 3.000 vehículos de GLP en la República Checa en el primer semestre de este año, lo que sitúa al autogás en primer lugar, por delante de las otras opciones de movilidad alternativa. Además, las gasolineras checas venden cada vez más BioGLP lo que implica una mejora de emisiones contaminantes aún mayor.

Según la Asociación Checa de GLP (ČALPG), unos 170.000 vehículos funcionan con GLP en el país y las ventas están creciendo, según la Sociedad de Importadores de Automóviles (SDA). A ello se suma una densa red de puntos de venta de GLP, de los que hay casi un millar, ya sea dentro de las estaciones de servicio normales o por separado.

Según el estudio "BioLPG: A Renewable Pathway Towards 2050", publicado recientemente por la Asociación Checa de GLP, el GLP apenas tiene emisiones contaminantes. La huella de carbono del GLP es significativamente menor que la del gasóleo (-23%) y la gasolina (-21%) en términos de todo el ciclo de vida del combustible. Sin embargo, según el PNA del CNM, incluso esto puede no ser suficiente en el futuro. Por ello, se está poniendo en marcha la producción de bioGPL, que procede de fuentes renovables y, dependiendo de la tecnología de producción, puede tener hasta un 80% menos de emisiones en comparación con el GLP fósil convencional.

En Republica Checa hay actualmente 830 estaciones de servicio que ofrecen GLP para la venta al público, una red que llega a cualquier localidad del pais.