En la década de los 90, una alternativa ecológica a los coches de gasolina y diésel se impuso en las carreteras alemanas: Los coches propulsados por autogás, también llamado GLP, adquirían cada vez más importancia, ya que emitían muchos menos contaminantes. Al ser menos costoso y más limpio que los combustibles convencionales, el GLP se propone como combustible alternativo especialmente para el transporte privado.

El GLP en Alemania surge como subproducto durante el procesamiento del petróleo crudo, aunque también puede obtenerse como subproducto durante la producción de gas natural. Es una práctica habitual procesar el GLP in situ para su posterior transporte a Europa por barco. En teoría, la producción de bio-GLP es igualmente concebible, aunque en la actualidad tiene poca importancia en el mercado.

El GLP ofrece ventajas sobre la gasolina y el gasóleo basados en el petróleo. Aunque las emisiones de CO2 son similares a las de los motores de gasolina, el GLP presenta un balance de emisiones de particulas más más favorable

Debido a su uso durante décadas es muy fácil utilizar Autogas en Alemania, pudiendo utilizar un vehiculo sin problemas en todo el país sin tener que planear el suministro como es aconsejable en otros paises

En Alemania hay actualmente más de 7000 estaciones de servicio que ofrecen GLP para la venta al público