En general, el consumo de gas natural en Sudamérica ha crecido fuertemente en su relativamente corta historia. En Argentina, empezó en 1984, y en algunos países la cuota de vehículos de GNC ya ha alcanzado el 20% del total de vehículos. Este crecimiento ha fluctuado considerablemente en los últimos años.

Con la peor calidad del aire en las ciudades sudamericanas y la alta volatilidad de los precios del crudo en los mercados internacionales, la demanda de vehículos de combustible alternativo está aumentando en todo el continente, y en algunos países el interés es muy alto.

El mercado está siendo impulsado por factores como el uso del GNC, que ayuda a controlar las emisiones de dióxido de carbono al medio ambiente en comparación con los combustibles convencionales como el gasóleo y la gasolina; los gobiernos de la región están promoviendo los vehículos de GNC mediante la concesión de ayudas financieras para la conversión de vehículos de propulsión convencional a GNC; y el aumento del gasto en el desarrollo de infraestructuras como las gasolineras.

El bajo precio del GNC, que reduce el coste por kilómetro recorrido, está animando a cada vez más usuarios de vehículos, en particular taxistas, a cambiar los vehículos de combustible convencional por los de gas natural. Por ejemplo, en las tres primeras semanas de noviembre de 2018, el precio del metro cúbico de GNL fue, de media, un 35% inferior al del litro de gasolina.