Apróximadamente hay unas 40 estaciones de repostaje de hidrógeno en Australia, y estaba prevista la construcción de más en un futuro próximo, sin embargo son muy pocas las que ofrecen acceso al publico para repostar hidrógeno, siendo casi todos los puntos de repostaje de H2 dedicados a flotas de vehiculos privadas. Estas estaciones están situadas principalmente en grandes ciudades como Sídney, Melbourne, Brisbane y Perth, con algunas otras repartidas por zonas regionales.

El gobierno australiano ha apoyado la tecnología de pilas de combustible de hidrógeno y ha invertido en el desarrollo de la industria. En 2019, el gobierno puso en marcha un fondo de 13,4 millones de dólares para apoyar la construcción de nuevas estaciones de repostaje de hidrógeno y otras infraestructuras.

El Gobierno australiano ha apoyado el desarrollo de la industria del hidrógeno y, como parte de su Estrategia Nacional del Hidrógeno, ha fijado el objetivo de producir combustible de hidrógeno por menos de 2 dólares australianos el kilogramo para 2030. Este objetivo pretende que el hidrógeno sea competitivo frente a los combustibles fósiles y acelerar la adopción de la tecnología del hidrógeno en Australia. Además, la Agencia Australiana de Energías Renovables (ARENA) ha financiado varios proyectos relacionados con el hidrógeno para reducir su coste de producción y aumentar su disponibilidad en Australia.

El precio del hidrógeno en Australia varía según el lugar y el proveedor. Por término medio, el coste del hidrógeno rondaría los 20 dólares australianos por kilogramo.