La tecnología del hidrógeno ha ido ganando terreno en los últimos tiempos en Brasil. Sin embargo, en el sector de la movilidad, todavía está menos extendido que los autobuses eléctricos de batería. En un escenario de urgencia para la transición energética, en lugar de elegir una alternativa, el camino puede estar en la combinación de ambas.

Una ambiciosa estrategia de transición energética alineada con los principales objetivos climáticos internacionales y la comprensión del potencial económico de las nuevas tecnologías pueden crear oportunidades de producción en lugares con abundantes recursos renovables capaces de favorecer la competitividad del hidrógeno, como Brasil que, con una de las matrices eléctricas más renovables del mundo, podría ser una potencia en la producción y exportación de hidrógeno verde.

Una de las mayores desventajas para quienes buscan comprar un vehículo de hidrógeno hoy en día es la falta de una amplia red de repostaje en Brasil. La situación actual en gran parte del mundo es la falta de estaciones de servicio de hidrógeno específicas. Hay indicios de que esto puede cambiar en los próximos años, pero actualmente es un problema incuestionable para los conductores.

Edson Orikassa, gerente de Toyota Brasil y presidente de la Asociación Brasileña de Energía Automotriz, ha establecido un objetivo de 800.000 vehículos y 900 estaciones de hidrógeno para 2030. Las "tres grandes", como se conoce a Toyota, Nissan y Honda, han formado, con otras 11 empresas, H2 Mobility, que ha desarrollado un plan de diez años para construir esta infraestructura. Las estaciones repartidas por todo Brasil ayudarán a difundir la energía del hidrógeno entre los consumidores y a reducir el precio de los coches de pila de combustible.

Aprobado por el Consejo Nacional de Política Energética (CNPE) este mes, el programa Combustible del Futuro aporta una señal al mercado sobre la planificación energética del gobierno federal para descarbonizar el sector del transporte. El CNPE ya ha aprobado el desarrollo de un programa nacional de hidrógeno.

En cuanto a la creación de la red de estaciones de servicio de hidrógeno, el CNPE señala que la decisión entre producción centralizada o distribuida del hidrógeno puede sortear la inexistencia de una red de distribución. Los electrolizadores o reformadores pueden instalarse cerca del consumo,sin embargo, el modelo de negocio debe ser decidido por el mercado.

En Brasil hay actualmente

estaciones de servicio con hidrógeno a la venta